Inauguración virtual:

viernes 4 de diciembre, 6:30PM

facebook.com/afarmeniaq

Sebastián Marín

Artista Visual

Desde hace algunos años las preguntas en torno a la imagen de mi cuerpo me han
acompañado en el proceso creativo. Mis gustos y afectos por otros cuerpos. La lógica que
la sociedad me impone o lo disruptivo que puede ser para el espacio público que dos
manos grandes y velludas se aferren en la calle.

Cuerpo privado es una retrospectiva de una búsqueda investigativa desde la creación en
donde el eje central es la categoría de género y como se concibe en nuestro contexto
inmediato. Como cuerpo que se desarrolla en este espacio nacional (la ciudad de armenia)
ha sido el escenario de acontecimientos que han formado parte de mis propuestas creativas,
desarrolladas a partir de la fotografía y él cartelismo, fueron esos primero espacio de
interacción con el público que me permitieron entender y observar mi cuerpo en relación al
espacio y tiempo, pues la corporalidad es una máquina que afecta las dinámicas y
transforman los lugares abiertos.

Dicho esto, desde el cartelismo se podrá encontrar imágenes panfletarias instaladas en
lugares emblemáticos y concurridos de la ciudad. Estos espacios fueron elegidos luego de
una cartografía donde se identifican las dinámicas propias de las personas. Las propuestas
giran en torno a crear discusiones con los transeúntes. (Ver homosexualidad y religión del
2016) este lenguaje fue la primera instancia de creación y desahogo del que me apropié
para gritar y expresar mis posturas políticas en relación a mi cuerpo.

La fotografía fue el lenguaje que me sacó de mi zona de confort y me exigió ir al espacio a
buscar y construir la imagen. Entendí la fotografía como ese mecanismo de crear archivos
que contarán los sucesos que tenían lugar en la ciudad que estaba habitando y como la
estaban entendiendo las demás corporalidades. En los años de investigación se realizaron
las primeras marchas por la diversidad de forma masiva (ver fragmentos del 2019). Como
un hecho nuevo y transgresor para la moralidad. Los gritos de las caravanas de alegría y
festejo por celebrar lo que éramos se veían acompañados por miradas acusadoras de
sorpresa y desapruebo de las demás personas que nos veían desde sus balcones o lugares
comerciales de la ciudad. Estos hechos fueron registrados a través del lente de mi cara y
fueron la evidencia para entender el cuerpo desde la performatividad y el discurso.

Tanto el cartelismo y la fotografía me llevaron al performance, este como una práctica
contemporánea que pone al cuerpo a busca y crear imágenes en relación al espacio y al
tiempo. La performance fue ese lenguaje que me permitió hablar desde la materialidad que
el discurso masculino agrede y afecta. Es por esto que las últimas propuestas (ver cuerpos
naturales del 2019) giran en torno a una narrativa contestaría que abre camino en el espacio
a esas corporalidades que el discurso visibiliza, pues el performance me permite crear
escenarios de reflexión sobre el género.